Una de las cosas más importantes a la hora de crear una empresa es escoger correctamente los colores corporativos. Estos son los que van a representar la marca en todo momento: en el logotipo, en los carteles, en los anuncios, en el merchandising, en la web…

Generalmente las empresas utilizan de 1 a 3 colores principales, de 1 a 2 colores destacados que estos se usarían en caso de querer destacar elementos relevantes; y 1 o 2 colores neutrales. Estos últimos se usarían en caso de querer generar un balance de colores.

Está demostrado que cada color tiene una identidad, y que cada uno hace sentir cosas distintas a las personas. Por eso es importante elegir un buen color ya que va a ser la carta de presentación de nuestra empresa.

Hay varias fórmulas que, al seguirlas, es difícil que no des al clavo. En primer lugar, existe la fórmula monocromática. Esta consiste en utilizar varias tonalidades de un mismo color. El riesgo de esta fórmula es que acabe resultando monótona. En segundo lugar, existe la fórmula armónica donde se escogen 3 colores que aparecen juntos en el clásico círculo cromático. Lo positivo es que ninguno de los colores prevale sobre otro. Finalmente, la fórmula complementaria es la que utiliza dos colores que contrastan. Estos dos colores se encuentran en extremos opuestos en el círculo cromático.

Como hemos mencionado antes, cada color produce reacciones distintas a los observadores. Por ejemplo, el amarillo genera optimismo, entusiasmo, confianza… pero al usarlo en exceso puede generar ansiedad. El azul transmite confianza, honestidad, lealtad… pero también puede transmitir depresión o tristeza.

Elegir los colores que expresen y representen lo que tu empresa es, es más complicado de lo que parece y hay que elegir cuidadosamente… por eso le hemos dejado con este post que esperamos que le haya ayudado para orientarse en esta decisión.